(Este texto es una versión corregida y ampliada del original, publicado en 2012)
No creo que sea indiferente para nadie la situación que atraviesa ahora mismo Playstation Vita. Y esta frase, que ya era válida en 2012, momento de la publicación original del artículo, lo es también hoy, en pleno año 2016. Aunque aún es un actor a considerar en el mercado japonés, en el resto del mundo sus ventas son testimoniales, y ha perdido claramente la guerra de portátiles frente a su más directa competidora, Nintendo 3DS. Muchos son los motivos que se podrían buscar, pero el primero se puede encontrar en su catálogo. Le faltan propuestas realmente diferenciadoras, que ya tuvo PSP, que te hagan sentir que el sistema no es una extensión de PS3 o PS4, sino algo con valor individual, lo cual ha tenido que venir por parte de compañías como NISA o Bandai Namco, en lugar de Sony, la madre del sistema.
Sin embargo, hubo un tiempo que sí trataron de llenar ese hueco que faltaba a Vita y que apenas completaban (y completan) los juegos descargables con buenas intenciones pero insuficiente fuelle, o los nichos japoneses de escaso recorrido comercial. Así, nos encontramos a Gravity Rush, el primer juego que se pudo considerar realmente rompedor y original en la portátil HD de Sony. Un juego que utiliza el concepto de la gravedad para construir a su alrededor una jugabilidad bastante distinta a todo lo que se ve habitualmente. No hay otro juego como la aventura de Kat, y ese ya es un gran logro para Japan Studio.