Análisis: Exoprimal


Exoprimal es uno de esos juegos que en otra época habría sido una compra de alto riesgo. Un juego únicamente multijugador, a precio completo, con una aparente falta de cantidad y variedad de contenido a juzgar por las betas, un historial errático de Capcom en esta clase de juegos, y arrastrando la pesada losa de “pedimos un Dino Crisis y nos han dado otro juego como servicio multijugador”.  Sin embargo, la época actual cuenta con una alternativa ideal para poder tomar riesgos, como son los servicios de suscripción. En este caso, su lanzamiento día 1 en Xbox Game Pass permite probar la experiencia completa final sin ningún tipo de riesgo, y así poder juzgar por uno mismo. Aunque la beta abierta me gustó lo poco que pude jugarla, el riesgo de comprarlo podría haber sido muy elevado. Tras haber superado la historia, invirtiendo unas 25 horas donde he podido probar la totalidad de su contenido gracias a Game Pass, puedo decir que el riesgo ha merecido la pena, e incluso lo habría merecido con una compra, aunque no a precio completo, por motivos que elaboraré en este texto.

Lo cierto es que es una experiencia que me ha sorprendido, porque, dentro de sus ciertas limitaciones de presupuesto, no esperaba que fuese a encontrarme un juego tan divertido, con una jugabilidad tremendamente directa, variada veloz y desafiante, acompañada de una aproximación narrativa bastante original, que, en gran medida, fusiona una campaña de un jugador con la experiencia multijugador evolutiva. Exoprimal evoluciona a la vez que su trama, empezando de manera sencilla y algo repetitiva para empezar a subir y subir el listón con más dinosaurios, objetivos, misiones, e incluso algunos combates contra jefes y raids que me parecieron tremendamente bien diseñados. Pide paciencia (quizá más de la deseable para el coste del juego) para llegar ahí, pero sí lo haces y te convence su aproximación jugable, te vas a divertir mucho en las simulaciones de guerra de Leviatán.

Saludos, Exosoldados

La premisa argumental de Exoprimal es bastante directa. Corre el año 2043, y vórtices espaciotemporales que expulsan dinosaurios violentos han comenzado a aparecer por todo el mundo. Para evitar que ello suponga el fin de la civilización, la megacorporación Aibius ha creado escuadrones de exosoldados, militares equipados con trajes de altísima tecnología (semejantes a las armaduras de Anthem o Gundams a escala) que les permiten mantenerlos a raya. En medio de todo ello, aparece nuestro protagonista (ligeramente personalizable, pero con el nombre fijo de Ace) que se une a un escuadrón de Aibius con el objetivo de supervisar a la inteligencia artificial de la empresa, Leviathan, en la isla de Bikitoa, donde están comenzando a ocurrir fenómenos extraños.

Y tan extraños. Tras un aparatoso accidente, Ace se verá envuelto en un macabro juego: la IA Leviathan está descontrolada, y repite simulacros de guerra que transportan exosoldados de todas las dimensiones a 2040, año en el que ocurrió un accidente letal en la isla. Allí, nos veremos forzados a competir en batallas 5vs5 asimétricas, con un escuadrón en un plano existencial equivalente pero separados. El equipo que primero complete todos sus objetivos es llevado a la misión final, donde puede que se enfrenten directamente al equipo rival por la supremacía. El vencedor seguirá viviendo…y el perdedor eliminado.

Así, la narrativa de Exoprimal se va desarrollando a través de ir completando partidas en el único modo multijugador que tiene el juego, Marea Jurásica. Cada partida completada nos otorga una serie de “datos perdidos” de forma lineal, que van completando una rueda de información en los menús, desbloqueando piezas informativas más grandes que nos llevarán a las siguientes escenas. Además, cada X partidas veremos cinemáticas que hacen no solo avanzar la historia, sino que también afectan al simulacro de guerra, ampliando el número de misiones que podemos encontrar para jugar. Poco a poco iremos desgranando el misterio de la isla. ¿Por qué Leviathan está enloquecido? ¿Cómo podemos escapar? ¿Hay manera de evitar el accidente de 2040? ¿Qué papel juegan las extrañas distorsiones espaciotemporales en todo esto? Lo cierto es que la narrativa puede en ocasiones ser un poco liosa o innecesariamente enrevesada (inevitable en cierto modo al mediar viajes en el tiempo y líneas paralelas), pero en general todo resulta comprensible conforme avanzamos y tiene momentos bastante épicos.

Los distintos personajes que conoceremos no son especialmente carismáticos, haciendo gala de acentos muy forzados y buscando un cierto ángulo cómico/distendido. Les coges cierto cariño, pero tampoco creo que se les vaya a recordar por su profundidad o elaboración. Al final, la historia de Exoprimal es un poco la justificación para poner todo en marcha, pero es muy interesante cómo la han enlazado a la progresión del multijugador, haciendo así que pueda apelar también a los que buscan una campaña tradicional. La variedad de objetivos de Marea Jurásica se va ampliando a ritmo constante, reduciendo la repetitividad de las primeras horas y manteniendo el interés hasta el final. Si bien el principal motivo en mi caso para seguir jugando siempre fue la jugabilidad, reconozco que la historia no está mal del todo, el universo que han creado se puede prestar a continuaciones, y pienso que más juegos en el futuro podrían tomar nota de esta aproximación narrativa para hacer más ricos sus multijugadores.

Luchando como si fuese 2040

Una partida promedio de Exoprimal transcurre del siguiente modo. Inicialmente, el matchmaking te pone en una cola que depende en cierta medida de tu progresión en la historia, pudiendo acceder a cualquier misión superada + las anteriores (señalizadas como simulaciones de recuerdos). Dos equipos de cinco exoarmaduras competirán entre sí para cumplir los objetivos propuestos (siempre en formato PvE), hasta llegar a una misión final que puede ser PvP o PvE. La única interacción PvP presente en los modos PvE es la presencia de una serie de obstáculos que el equipo rival puede mandarte para estorbar, como un dinosaurio controlado por un jugador o potenciar las oleadas contras las que luchas. Puedes elegir si meterte en una cola solo PVP, solo PVE, o al azar.

Las exoarmaduras que podemos elegir se dividen en tres categorías diferenciadas: tanques, daño y apoyo. Las primeras son más lentas, robustas, y se basan en poder tanto aguantar mucho daño como alzar escudos que protejan a los aliados. Las segundas son los clásicos DPS, más veloces, frágiles, pero con una potencia de ataque superior a los tanques, siendo los encargados principales de limpiar las oleadas. Por último, los apoyos son los sanadores, pudiendo recuperar la vida perdida por los aliados además de estorbar a los enemigos de distintas maneras (paralizándolos, metiéndolos en un vórtice para frenarlos…). Cada exoarmadura cuenta con varias habilidades sujetas a un tiempo de enfriamiento, una herramienta equipable que las dota de más versatilidad. Con ellas, podemos por ejemplo equipar un campo curativo a un tanque o un láser a un curandero, mejorando sus puntos débiles o reforzando los fuertes. Por último, tienen una habilidad definitiva que se carga de un modo lo suficientemente lento como para garantizar que solo pueda usarse 1-2 veces máximo por misión, siendo por tanto muy importante saber cuando utilizarla bien. Como en todo juego multijugador cooperativo, la composición del equipo es muy importante para ganar, si bien Exoprimal es generalmente flexible. En muchas fases no es siquiera necesario un curandero, si bien contar con una composición equilibrada de roles y gente que sepa manejarlos suele ser lo que mejor funciona. Al igual que en Overwatch, puedes cambiar de exotraje en cualquier momento, pudiendo así adaptarte a las circunstancias de la partida.

Los objetivos que se proponen en la fase inicial de PVE comienzan siendo básicamente derrotar hordas de dinosaurios pequeños o derrotar a uno grande y moverte hasta el siguiente objetivo, si bien pronto se desbloquearán otras alternativas, como sostener la posición de un punto, una mayor variedad de objetivos a abatir, o destruir generadores. En todo momento, Leviathan te va informando si vas más rápido o más lento que el equipo rival, y es que ellos están haciendo exactamente la misma misión en una dimensión paralela. El objetivo es tratar de llegar sin mucha distancia al último objetivo, para dar paso a la fase final. Dicha fase consiste en un objetivo principal, que comienza con pocas variantes y acaba añadiendo más con el paso de las horas. Escoltar un cubo de datos (al más puro estilo Overwatch), recoger claves de información antes que el rival, control de puntos hasta llenar un medidor de dominio, destruir unas barreras con un martillo recargable o hacer algunos objetivos PVE de mayor dificultad son algunas de las opciones que encontraremos, divididas en colas PVE o PVP, por si alguien quiere evitar la confrontación directa con jugadores humanos.

El juego cuenta con una serie de mecánicas compensatorias para impedir que una partida se convierta en un paseo para un equipo muy superior. Si tardas demasiado en completar un objetivo, te lo salta para impulsar tu ritmo o te lleva directamente a la misión final. Si vas muy atrasado respecto al rival en la fase inicial, puedes activar dinosaurios más difíciles en la otra dimensión y estorbarles. Incluso puedes activar un Dominador, un dinosaurio controlado por un jugador para entorpecer severamente el cumplimiento de un objetivo. Todo ello contribuye a que las tornas se equilibren, y la mayoría de partidas sean emocionantes y decididas en los últimos compases. Si bien en cierto modo esto puede hacer redundante todo lo previo, lo cierto es que rara vez un equipo descolgado va a ganar incluso con todo esto, por lo que la sensación de urgencia y competición continua obliga a jugar a tope.

En momentos puntuales de la historia, el juego decide olvidar este formato de misión y lanzar a los jugadores de ambos equipos unidos a una misión especial contrarreloj en un espacio dimensional paralelo. Estas misiones son de lo mejor que tiene Exoprimal, con una dificultad superior, una cantidad de dinosaurios en pantalla absurdamente alta, y jefes con varias fases, mecánicas (que combinan los objetivos del modo principal en ocasiones) y necesidad de mayor cooperación. Lástima que sean tan pocas y espaciadas, porque se evidencia el potencial que podría tener esta jugabilidad, o el talento de estos devs de Capcom para diseñar instancias de un MMO. Suelen ocurrir en momentos clave de la historia, si bien pueden volver a salirte como recuerdos en el matchmaking. El problema es que generalmente la mayor parte de los jugadores están en etapas tempranas del juego, por lo que es mucho más factible caer en misiones sencillas que en estas. Todo ello pienso que se podría resolver con colas separadas más visibles, pero el juego no tiene población como para partirse tanto.

No obstante, la mayor virtud de Exoprimal independientemente de todo ello es que es divertido. Disparar a los dinosaurios es sencillo pero satisfactorio, aunque apuntar con el mando de Xbox no es la experiencia más placentera acostumbrado a teclado y ratón. Las partidas son veloces, ganes o pierdas desbloqueas algo y avanzas en mejorar exoarmaduras o la historia, la variedad de objetivos considerable, y es una descarga de adrenalina muy entretenida. No va a pasar a la historia por su complejidad o variedad, pues al final todos los objetivos se resumen a “mata dinosaurios”. Y te permite hacerlo con una decena de armaduras futuristas muy diferenciadas, y con el factor competitivo de ir contrarreloj contra otro equipo. Dentro de las experiencias PVE que he probado en este género, ha sido sin duda una de las que más me ha entretenido con diferencia, y ha mantenido la frescura con el paso de las horas. En todas mis sesiones de juego he tenido sorpresas o nuevos objetivos que encarar, y eso se mantuvo hasta el final de la historia.

Una progresión de otra época

Superar una misión nos otorgará experiencia de jugador (al subir nivel ganamos BikiCoins y cofres que otorgan cosméticos), experiencia del pase de batalla (dudo que haga falta explicar a estas alturas qué implican) y experiencia de la exoarmadura. Esto último no solamente desbloquea cosméticos, sino también chips (también presentes en la experiencia de jugador) que nos permiten personalizar las exoarmaduras a nuestro gusto. Podemos equipar tres por cada una (con limitaciones de tipo de chip según el número de hueco) y así, por ejemplo, potenciar alguna de sus habilidades frente a las demás, con más efecto, menor tiempo de recarga, o reducir al mínimo sus puntos flacos. La cantidad de modificadores es inmensa, se desbloquean todos jugando, y además van a venir más en futuras actualizaciones, por lo que la posibilidad de diseñar totalmente a nuestro gusto cada exoarmadura y progresar en ellas jugando está garantizada. Bien es cierto que no he notado un impacto significativo de estos chips, especialmente en PVP, pero ahí está la posibilidad, más notoria en las fases avanzadas de la experiencia.

Una cosa muy a valorar de Exoprimal es que sigue teniendo algo cada vez más raro en los multijugadores modernos, y es que absolutamente todo se desbloquea jugando. Nuestro nivel de jugador nos abre la puerta a las herramientas desbloqueables y a las tres exoarmaduras adicionales. Por otro lado, los chips se desbloquean jugando muchas horas con ellas, y su mejora tiene lugar con BikiCoins, que solo podemos adquirir jugando. Los únicos contenidos de pago existentes son el pase de batalla premium (que te da cosméticos adicionales, nada jugable) y un desbloqueo anticipado de las exoarmaduras Nimbus, Vigilant y Murasame, cosa que puedes hacer tú mismo en menos de diez horas. Tampoco puedes comprar cofres de guerra con dinero real, y todos los cosméticos que están en ellos son también desbloqueables más adelantes (muchos incluso con BikiCoins). Todas las actualizaciones de contenido están planeadas para ser gratuitas, y por ahora se ha confirmado que se doblará el número de exoarmaduras jugables, con variantes alfa desbloqueables al alcanzar el nivel 20 con su equivalente básica. Se harían también colaboraciones con otras franquicias, más chips, mapas y variantes del modo.

Los bucles de Leviatán

Por el momento, una vez superas la historia (lo cual tiene lugar en aproximadamente 24 horas y menos de 60 combates) se desbloquea un modo llamado Savage Gauntlet, el cual está teniendo lugar en forma de misiones limitadas que duran unos pocos días, pero suben la dificultad enormemente. Yo solo he podido participar en el tercero de ellos, y añadía un mapa totalmente diferente a los de la campaña y un nuevo tipo de objetivo (destruir generadores). La estrategia, conocimiento del exotraje y compenetración con los aliados aquí es clave, pues los dinosaurios acuden en grupos muy superiores, son más agresivos, y te pueden acumular enemigos de élite muy rápido, teniendo además solo 10 minutos para hacerla completa. La recompensa es entrar en una clasificación global y ser premiado según tu rango. A mi juicio, es un endgame un poco escaso, pues el modo Marea Jurásica tiende a meterte en misiones más tempranas por la base de jugadores que tiene y no puedes aprovechar todo el potencial del contenido. Hay incluso algunas misiones muy avanzadas que prácticamente nadie ha podido jugar (como un misterioso “mapa de lava” que nombran en el subreddit del juego) porque no hay jugadores suficientes en cola para entrar en él.

Pienso que el juego debería ofrecer alguna posibilidad de jugar misiones específicas, como las raids, o dar al jugador más control sobre la cola en la que entra. Y es que lo malo que tiene Exoprimal es sin duda que sus primeras horas son bastante reiterativas. Apenas te enfrentas a velocirraptores, pteradones y un ocasional dinosaurio grande, repitiendo 1-2 objetivos finales. Divertido, sí, pero no demasiado complejo. Conforma avanzan las horas se va abriendo el abanico y tendrás misiones con más de una decena de variantes, dinosaurios elementales, jefes de envergadura con fases y mecánicas propias…pero muchos puede que no tengan paciencia para llegar hasta allí. A mi juicio, diez combates es el punto en el que las cartas de Exoprimal comienzan a mostrarse, pero supone una inversión de tiempo que quizá no todos los jugadores quieran hacer. La mayoría del contenido además es lo suficientemente sencillo como para ser superado sin pensar demasiado en la composición del equipo, solo brillando más la experiencia con la exoarmadura en el PVP, las misiones avanzadas de historia o el Savage Gauntlet, que es una parte pequeña del contenido. Y el tiempo corre en su contra, pues su base de jugadores es pequeña y la oferta de multijugadores considerable como para pedirles paciencia.

En lo referente al apartado técnico, Exoprimal se comporta de manera muy competente en Xbox Series S, teniendo el mayor sacrificio en la calidad de texturas (en ocasiones muy borrosoas) y ciertas caídas de framerate y resolución en situaciones de estrés. Nada que me haya impedido jugar sin problemas, pero conviene tenerlo en cuenta para los puristas. El doblaje por defecto de todos los personajes está en inglés, pudiendo doblar a Leviatán en distintos idiomas (yo lo dejé en inglés porque quedaba muy disonante oírle en español cuando los demás no lo hablaban). Utiliza el contrastado motor RE Engine que ya ha movido anteriormente Resident Evil o Monster Hunter, y se aprecia en el diseño de ciertos combates contra dinosaurios grandes especialmente.

No es Dino Crisis, pero merece la pena

En definitiva, pienso que Exoprimal es un juego perfecto para alguien que busque diversión directa. Aunque solo tiene un modo (y otro postgame) este tiene suficientes variantes, mapas, enemigos y opciones como para llevar la experiencia sobre sus hombros por sí solo. Es muy satisfactorio de jugar, con un gunplay sólido, aunque no excelente (especialmente duro apuntar con mando), una buena variedad de exoarmaduras, y algunas misiones memorables que le miran a la cara a raids MMO perfectamente. Su narrativa es también bastante original, dando un motivo para seguir a los que querían una campaña tradicional, aquí completamente entrelazada con el multijugador de un modo que me gustaría ver en juegos futuros. Sus mayores lunares son sin duda su falta de variedad en las primeras horas, cierto desbalanceo en los exotrajes, y lo difícil que es poder ser emparejado en misiones avanzadas. Pese a ello, pienso que es un juego que puede merecer la pena a menor precio, ya que lanzar una obra así a 70€ en pleno 2023 es un suicidio comercial que constatan sus bajas cifras fuera de Game Pass. Un Game Pass que, no obstante, consigue reivindicar con este juego su utilidad para apostar por obras que, de otro modo, no se habrían jugado. Yo no habría jugado Exoprimal de no ser por ello, y, sin duda alguna, me he llevado una grata sorpresa, y espero que más gente le dé una oportunidad. Puede incluso depender de ello su supervivencia.

Gracias por tu tiempo, y por leer este artículo.

Un saludo.

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