En el género del rol japonés, siempre han existido una serie de compañías que desarrollaban juegos denominados “de nicho” los cuales, bien por su estética, por sus premisas, por su presupuesto (que condiciona su márketing) u otros factores, nunca tuvieron la notoriedad y exposición suficiente, especialmente en generaciones anteriores, donde el género estaba dominado por sagas de compañías de renombre como Final Fantasy de Squaresoft, Suikoden de Konami o Dragon Quest de Enix. Algunas datan de tiempos bastante lejanos, como Atlus con su saga Megami Tensei de NES, NISA, que lleva lanzando juegos de este tipo desde PSX, o Gust con Atelier, nacida también en la primera consola de Sony.
El cambio de dirección de muchas de esas grandes compañías, así como la pérdida de notoriedad del género a partir de la 7º generación, han abierto la puerta, debido principalmente a la ausencia de otras propuestas mayores que pudieran fagocitar sus ventas o a las mayores facilidades de distribución por vía digital, a que esos juegos “nicho” tengan más exposición, especialmente debido al trabajo de distribuidoras como NISA o XSEED, que han acometido riesgos para traer gran cantidad de variantes del género JRPG, desde dungeon crawlers a S-RPGs, algunas de ellas impensables en tiempos donde Final Fantasy era el rey del género, o Tales of peleaba a duras penas para llegar a Europa en inglés.