2013 se acaba, convirtiéndose en uno de los años de los que más provecho he sacado en toda la generación. Ha sido en el que compré mi primera sobremesa de Nintendo de primera mano, Wii U, el que ha visto lanzarse a mi top 3 particular de mejores videojuegos una vez más al mercado, y el que me ha guardado toda una serie de pequeñas sorpresas que, pese a que este mundillo no es ya el que era y cuesta cada vez más encontrar la inspiración, me ayudan a mantener la fe en este hobby que empezó allá por el 1998 con una Game Boy Color y Pokémon Azul.
Es la primera vez que hago una iniciativa de juego del año en el blog, pero en 2013 ha aparecido el suficiente material como para poder plantearme un artículo digno de ese galardón. Y es que el término “Game of The Year” no puede ser tomado a la ligera. Implica que has sido mejor que ningún otro producto que ha aparecido ese año en el mercado. Que lo que has ofrecido está por encima del estándar habitual y te alza al olimpo de los videojuegos. Que, en definitiva, engrandeces la profesión de desarrollador y logras llegar a los jugadores. Es quizá por ello que mis nominados a este GOTY particular son tan curiosos.