Cuando analicé Anima Gate of Memories hace aproximadamente dos años, destaqué al inicio del texto el enorme mérito que suponía dicho desarrollo en muchos aspectos. Crear videojuegos es un proceso realmente complicado, y vemos continuamente como (especialmente en la industria triple A) los riesgos a asumir se minimizan y la viabilidad de un conjunto de géneros se considera reducida por el poco rédito económico que pueden generar. Estas dificultades se multiplican exponencialmente si tu equipo solo consta de tres personas (más algunos colaboradores externos) y tienes medios limitados. Donde muchos probablemente verían una utopía irrealizable, los españoles de Anima Project vieron una oportunidad doble: no solamente de desarrollar un videojuego de acción inspirado en grandes nombres como Devil May Cry, sino también dar visibilidad a un universo de rol de mesa (Anima Beyond Fantasy) cuya riqueza merece la pena destacar.
Si bien la aventura de La Portadora y Ergo no estaba exenta de problemas técnicos o jugables —fundamentalmente ligados a los limitados medios del equipo— supo ofrecer una experiencia, en muchos sentidos, de la vieja escuela, que daba al jugador margen para implicarse con su universo sin llevarlo de la mano continuamente como es tristemente tendencia hoy en día. Pese a ser más cercano a un videojuego de PS2 en términos técnicos que a uno de la actual generación, Anima Project supo crear unas buenas bases jugables, que destacaban especialmente en los combates contra jefes, el buen diseño de escenarios o los interesantes puzles, sin obviar, por supuesto, su ambientación. Gate of Memories contaba con un enorme esfuerzo en presentar personajes creíbles y trabajados, una historia con varios giros y un marcado toque pesimista y oscuro, y presentar pinceladas constantes del universo del proyecto de rol de mesa.
Entre los distintos personajes que encontramos en dicha historia, destacaba particularmente un enigmático antagonista, conocido simplemente como El Sin Nombre, cuyas intenciones hacia La Portadora y Ergo no parecían estar del todo claras. Parecía querer detenerles, pero… ¿pretendía aniquilarles? ¿Era realmente un enemigo? Pocos eran los detalles que el juego original revelaba al respecto de este personaje que debíamos combatir en diversos momentos, y probablemente Anima Project era consciente de ello, comenzando a desarrollar una expansión del juego original. Dicho esfuerzo se ha traducido finalmente en el lanzamiento independiente, dos años después, de The Nameless Chronicles, lanzado como videojuego separado del original, pero fuertemente conectado argumental y jugablemente con este. Al mismo tiempo, ha sido lanzado en pack con el original en la llamada Arcane Edition, llegando también por primera vez a Nintendo Switch, versión en la que se basa este análisis.
Antes de comenzar con el texto en sí, conviene avisar claramente al potencial comprador de The Nameless Chronicles de que este juego es un complemento de la experiencia original (Gate of Memories), pese a lanzarse como un videojuego independiente. Bien es cierto que su historia ocurre de forma paralela y separada a la de La Portadora, ofreciendo ciertos puntos comunes en algunos momentos y personajes que coinciden. Sin embargo, la historia del Sin Nombre se narra asumiendo que ya hemos superado el juego anterior. De hecho, al inicial la Arcane Edition y escoger esta nueva aventura, nos salta un aviso destacando este hecho. Si lo pasamos por alto, podremos disfrutar lo que nos están contando, ya que es una historia con introducción, nudo y desenlace propios, pero probablemente perderemos muchos detalles de la situación por el camino y, además, se nos destriparán importantes detalles y giros argumentales del Gate of Memories original, y echaremos en falta otros para comprender todo mejor.
The Nameless Chronicles, como su propio nombre indica, se centra en esclarecer la enigmática figura del Sin Nombre y qué papel jugaba exactamente en los acontecimientos que tuvieron lugar en el original. Esencialmente, al inicio de la aventura, La Portadora fue enviada a una aldea arrasada para detener un extraño ritual que se estaba poniendo en marcha, terminando enfrentada contra el Sin Nombre (el cual llegó allí tras descubrir que iban a usar su propia sangre para un rito peligroso). Pese a sus esfuerzos, el hechizo se completó, y todos los allí presentes terminaron en un extraño entorno llamado la Torre de Arcane, compuesta de recuerdos e invadida por una serie de temibles adversarios, llamados los Mensajeros del Fin, los cuales debían ser detenidos y asimilados por Ergo. En el caso del Sin Nombre, también acabó por accidente en el interior del lugar, acompañado por un extraño ser llamado Ignoto, cuyas intenciones hacia nuestro protagonista no parecen especialmente claras.
En cualquier caso, el marco del juego es semejante al del original, pero con motivaciones diferentes. Al igual que en Gate of Memories, tendremos que visitar una serie de mundos compuestos de recuerdos, obtener fragmentos de memorias —que revelan trasfondo acerca del dueño de ese mundo y les dotan de más entidad que ser simples jefes finales que derrotar— y enfrentarlos para absorber su esencia, de cara a prevenir un desastre que se está gestando en Arcane. Parte de los lugares que visitaremos son mundos que ya existían en Gate of Memories (como la mansión de las marionetas), si bien los acontecimientos que ocurrirán en ellos son diferentes y permiten conocer más acerca de lo que se estaba gestando en las sombras mientras La Portadora y Ergo avanzaban por los distintos pisos de la instalación. Al mismo tiempo, tendremos la ocasión de visitar nuevos lugares en esta expansión, fundamentalmente centrados en la figura del Sin Nombre y los nuevos antagonistas presentes.
La principal virtud de Gate of Memories era la calidad de la narración más que su originalidad, y esto se mantiene intacto en The Nameless Chronicles. Los personajes ofrecen diálogos muy ricos y bien escritos, el “lore” de Anima que se nos presenta ofrece las suficientes explicaciones para ser comprensible, pero también sabe rozar un límite que genere curiosidad para acercar al jugador al rol de mesa para entender más del trasfondo. Cabe mencionar que no es necesario conocer nada de Anima Beyond Fantasy más allá de los acontecimientos del videojuego de 2016, pero tener cierta soltura con el mismo ayuda a entender mejor ciertos conceptos, criaturas u organización del mundo, especialmente teniendo en cuenta que el Sin Nombre es una criatura inmortal que ha adoptado diversas identidades en épocas diferentes del universo que nos ocupa. La historia, no obstante, es excesivamente dependiente de su conexión con el original, y funciona más como un complemento que extiende y aclara hechos más que como un aporte individual, si bien presenta dos figuras (el Sin Nombre e Ignoto) bastante interesantes en lo que expone sobre ellos.
En términos jugables, The Nameless Chronicles es muy continuista respecto a Gate of Memories, ofreciendo una experiencia de corte hack´n slash con toques de RPG en la personalización del Sin Nombre. Contaremos con unos controles sencillos de entender y altamente personalizables, contando en nuestro arsenal con ataques débiles (enlazables en combo), un golpe de aproximación, una onda energética a distancia u otros ataques que podremos ir aprendiendo (como una explosión de área, un lanzamiento de esferas desde lejos o un descenso en picado). Muchos de estos ataques serán mejorables y —especialmente los energéticos y lejanos, así como la habilidad de esquivar— consumen un medidor de ki. Una de las novedades principales viene por un sistema que viene a compensar el hecho de que solo controlemos a un personaje (por los dos de Gate of Memories), denominado Tánatos.
Cuando activamos dicho modo (asignado en Switch a R) nos veremos rodeados de un aura roja y se comenzará a consumir parte del medidor de energía adicional vinculado a dicha técnica. Si en este momento utilizamos alguno de nuestros otros ataques, activaremos, bien versiones potenciadas de los mismos, o habilidades complementarias. Por ejemplo, el combo básico culmina en un fuerte tajo sangriento que cancela los ataques del enemigo momentáneamente, o el golpe de aproximación baja su guardia para dejarlos vulnerables. Este recurso añade un plus de táctica a los combates, ya que suele ser la única forma de romper guardias cercanas en muchos oponentes, y en determinados combates estar en modo Tánatos es la única forma de hacer daño al rival, por lo que conviene gestionarlo muy bien.
En general, los combates de The Nameless Chronicles siguen un patrón muy continuista respecto a lo visto en Gate of Memories, repitiéndose incluso muchos de los enemigos que funcionaban como sub-jefes (y algún jefe grande), aunque hay algunos oponentes nuevos. En general, los combates contra enemigos normales no suelen ofrecer mucha exigencia, si bien hay momentos donde se acumulan muchos al mismo tiempo y resulta difícil seguir la acción. Contamos con la posibilidad, eso sí, de fijar blanco sobre algún enemigo, lo cual es útil para mantener la atención sobre uno, pero en combates múltiples puede ser complicado de manejar, y la cámara sufre un poco si se desplazan muy rápido. Cabe mencionar que el juego asume que tienes experiencia con el sistema de combate viniendo del anterior, poniendo casi desde el principio retos de mayor nivel (como oponentes que te sacan varios niveles y debes vencer con paciencia o salas repletas de enemigos en varias oleadas) y teniendo pocos tutoriales.
A mi juicio, el mayor atractivo de The Nameless Chronicles son los combates contra jefes finales, los cuales exigen al jugador mucha coordinación y conocimiento de las habilidades del enemigo y las propias, para evitar llevarse golpes innecesarios y consumir los limitados objetos curativos que tenemos. En ese sentido, alcanza un punto alto como hack´n slash, ya que premia el desarrollo de una estrategia y la explotación de las distintas habilidades y sistemas para salir victorioso, en comparación con los combates normales que pueden superarse sin demasiado esfuerzo. Es posible que haya ciertas secciones que se atraganten un poco, pero pueden ser resueltas conociendo la situación y anticipándose a los peligros. En Gate of Memories era muy habitual poder vencer combates simplemente abusando de los golpes a distancia, y esto se cumple aún en parte en The Nameless Chronicles, aunque nuestro personaje está mucho más orientado al cuerpo a cuerpo para mitigar este hecho.
El Sin Nombre irá mejorando conforme vayamos derrotando oponentes, mejorando su nivel y estadísticas, recibiendo 2 puntos de habilidad por nivel. Podremos invertirlos en un árbol de capacidades no demasiado extenso, el cual nos facilita algunas habilidades activas (que tendremos que asignar a algún botón) y otras pasivas. En determinados casos, podremos mejorar en diversos niveles un nexo, cada uno de los cuales se conecta con uno o varios con una línea que, si se activa (aprendiendo ambos talentos) otorga mejoras de estadísticas.
También podremos equiparnos un arma (habiéndolas más orientadas a cuerpo a cuerpo y otras a magia) y tres accesorios (los cuales mejoran tanto estadísticas como otorgan ciertas habilidades pasivas útiles, como mejorar la eficacia de curación o poder resistir un golpe mortal). Por otro lado, tendremos la posibilidad de comprar diversos consumibles (que regeneran vida, ki, tánatos u otorgan bonos de ataque/defensa) y asignarlos a uno de los botones direccionales. Hay que tener en cuenta que esta última categoría de objetos tiene un límite para cada uno (9, 3 o 1 unidad de ellos) por lo que gestionarlos bien en los enfrentamientos —donde perderemos mucha vida si no estamos atentos—. Esencialmente, es vital llevar todos los objetos curativos posibles. Un punto algo criticable en este sistema es que hay algunos objetos equipables mucho mejores que otros, por lo que, aunque te dan opciones para personalizar mucho las estadísticas a un estilo, al final el perfil “poderoso” es muy similar para cada jugador.
El diseño de la experiencia nos llevará a viajar desde una zona central a una serie de entornos, con el objetivo primordial de llegar a los mundos de recuerdos, en los cuales debemos encontrar varios fragmentos de memorias del Mensajero que inspira el lugar (usualmente 3 documentos, aunque en un caso hay más) para abrir la puerta a su dominio, derrotarlo en un combate, y obtener su esencia, debiendo reunir tres para romper el sello del Byblos, un importante libro clave para detener a la amenaza de Arcane. En ese sentido, cabe mencionar que varios de los lugares que visitaremos son entornos reciclados de Gate of Memories, si bien su diseño y eventos se han modificado y adaptado para The Nameless Chronicles, no siendo una mera repetición de lo que vivimos con La Portadora, y a veces tendremos que darle un poco a la cabeza para llegar a ellos con unos puzles previos en una zona intermedia.
En estos mundos, generalmente iremos alternando el mismo tipo de situaciones que en la experiencia de 2016, si bien a mucha menor escala. Así, tendremos momentos donde lucharemos con muchos enemigos (a veces desde cámaras aéreas, recordando un poco a Nier en este sentido), otros donde tendremos que resolver algunos puzles (no demasiado complejos esta vez salvo una excepción) y otras donde habrá un ligero plataformeo. Cabe decir que son experiencias bastante más cortas que en Gate of Memories, pudiendo llegar al jefe y reunir todos los fragmentos a veces en una sola visita. También hay pocas excusas para revisitarlos (por ejemplo, ya no hay fragmentos de memorias adicionales más difíciles de alcanzar), y se ha perdido un poco la sensación de backtracking e interrelación entre mundos que tenía el otro juego, aunque aún esté presente a pequeña escala.
La sensación global al respecto refuerza el papel de The Nameless Chronicles como complemento de Gate of Memories, ya que se siente muy similar a este, pero con los ciclos de jugabilidad acortados y acelerados, teniendo más de expansión DLC en su diseño que de juego independiente. El progreso del personaje es más limitado y rápido, hay menos objetos, menos objetivos secundarios y necesidad de re-explorar los entornos, y, en general, se siente una experiencia bastante directa y focalizada en extender con más posibilidades y dificultad lo ya disfrutado en 2016. Tras dos años desde el original, tiene pocas novedades en todos los ámbitos más allá del jugable, siendo realmente continuista en sus virtudes, y también en los defectos (como la cámara, el apartado visual o el desbalanceo jugable hacia el combate a distancia, aunque esto último en menor medida), casi como si estuviese tan congelado en el tiempo como la Torre de Arcane, lo cual, especialmente en lo visual, lo deja un poco más atrás de lo que ya estaba en 2016, en un momento donde nos acercamos al fotorrealismo.
No obstante, hay que tener en cuenta que es un proyecto realizado por muy pocas personas (Anima Project cuenta solo con tres integrantes, a los que hay que sumar a los equipos de doblaje o promoción), y esto se nota en bastantes aspectos, como el pulido técnico general, el apartado visual (tan anticuado como lo era en el original, más cercano a PS2 que a la actual generación) o el hecho de que se repita contenido respecto a Gate of Memories. Las virtudes, por otro lado, permanecen igualmente intactas, con un doblaje bastante bien realizado, una dirección artística de corte fantasía oscura muy logrado, la narración excelsa del lore y la historia, y una banda sonora que, si bien no es muy variada, sí sabe adaptarse bien a las situaciones, plasmando muy bien la soledad o la melancolía que acompaña a la figura de El Sin Nombre.
A nivel de duración, The Nameless Chronicles puede ser superado en poco más de 10 horas en su final verdadero, si bien cuenta con algunos más (uno de ellos muy evidente para obtenerlo) que extienden la experiencia. A nivel de contenido adicional, no cuenta con demasiadas posibilidades que lo extiendan, más allá de la búsqueda de materias primas para elaborar nuevas armas o descubrir la verdad sobre las Máscaras que poblaban la torre de Arcane en el original y cuya identidad y propósitos no estaban demasiado claras. Es esta última la principal excusa para revisitar escenarios más allá de unos pequeños retos de tipo “área de combate” u obtener todas las armas y accesorios, ya que a nivel de contenido no ofrece cantidad suficiente para extender la cifra más allá de la veintena de horas, lo cual era el tiempo que se tardaba en superar (sin todo el contenido desbloqueado ni todos los finales) el Gate of Memories original.
Así, The Nameless Chronicles es una experiencia que puede definirse claramente como complementaria y continuista. No existe un gran progreso en ninguna faceta respecto a la aventura de 2016, manteniendo en general el mismo aspecto visual, las mismas mecánicas jugables e incluso el mismo diseño de la experiencia. A aquellos que no les convenciese la historia de La Portadora en su día, difícilmente van a encontrar aquí algo que les enganche, orientado claramente a ofrecer más a los que fuesen fans del primero. Extiende el argumento de Gate of Memories profundizando en la figura del Sin Nombre, pero revelando por el camino todas las sorpresas de la historia, por lo que bajo ningún concepto debe jugarse sin superar previamente el otro. Por lo demás, su mayor carta de presentación es el pulido y desafiante combate, así como un diseño que no lleva de la mano al jugador constantemente y lo deja en momentos puntuales que tenga que planear por sí mismo y explorar, lo cual, personalmente, agradezco bastante.
A nivel específico de Nintendo Switch, el port de ambos juegos es en líneas generales bastante sólido, si bien mantener los 60 frames por segundo en esta plataforma —menos potente que PS4 o Xbox One— ha conllevado pequeños sacrificios en la calidad visual, ya que tanto en modo portátil como sobremesa el juego no se ve 100% nítido, con menor calidad de texturas y resolución respecto a otros sistemas. Fundamentalmente en el modo sin dock, la legibilidad de muchos de los textos (sobre todo en el menú) es difícil por su pequeño tamaño, y he experimentado algunos problemas de recepción de inputs en el juego (concretamente en un puzzle) y un crasheo. No obstante, fueron momentos aislados que, cuando intenté reproducirlos de nuevo, no volvieron a ocurrir, por lo que un parche puntual puede resolverlo. Pese a estas pequeñas dificultades, y si se perdona su menor nitidez (sin ser borroso), optar por esta versión puede ser una gran opción, ya que la portabilidad en combinación a su apartado técnico más modesto ayudan a amplificar sus virtudes.
En definitiva, si Anima Gate of Memories te gustó, The Nameless Chronicles te ofrecerá una visión nueva y complementaria de la historia que ya viviste en 2016, con un nuevo personaje cuyas capacidades se diferencian de Ergo y La Portadora, resultando en un combate más desafiante y técnico. Las virtudes que ya tenía el original siguen aquí intactas, y sus defectos, aunque pulidos, no han desaparecido. Teniendo en cuenta los medios y el tamaño del estudio desarrollador, creo que la experiencia que han creado es bastante notable, aunque como juego individual queda algo deslucido por su duración y el menor contenido respecto al original. Si te planteas adquirirlo, la mejor opción es probablemente en el pack “Arcane Edition” que incluye también Gate of Memories, para así contar con la visión completa de la experiencia. Como juego individual, se siente bastante más corto y sencillo, aunque su ajustado precio (19,99€) puede ayudar a perdonárselo. En cualquier caso, si eres fan de los hack´n slash y estás dispuesto a perdonar su aspecto visual y algunos pequeños defectos de cámara, y te gustan las dificultades moderadas y un reto que no te lleve de la mano, sin duda los chicos de Anima Project merecen una oportunidad.
Gracias por tu tiempo, y por leer el artículo.
Un saludo.
Análisis basado en la versión de Nintendo Switch, realizado gracias a un código de descarga de la Arcane Edition proporcionado por Badland Games.
Hobbie Street 